De niño me prohibían ver ‘El Chavo’

Tener 25 años hace que uno se pregunte por las cosas que han forjado su carácter, desde los elementos más inherentes de nuestra personalidad hasta las circunstancias más ajenas a nuestra responsabilidad. Quizás decir 25 años es algo precipitado, pero estadísticamente está bien posicionado por ser la mitad del 50, cifra en la que uno ya piensa en jubilarse y en los futuros nietos. Entonces, hacer una retroalimentación ahora nunca está de más. Es como desfragmentar el disco de tu computadora para que esta funcione mejor en el futuro.

Dentro de todas las cosas que han forjado mi identidad, una en especial me he llamado la atención. En realidad, no es tanto ‘algo’, sino la ‘ausencia de algo’ lo que hizo de mí un joven amargado de las tendencias infantiles de mi época. Sucede que mi padre me prohibía ver ‘El Chavo del 8’. Sí, tal cual como lo lees. La razón me pareció lógica en su tiempo: ver a adultos interpretando el papel de niños me convertiría en estúpido en el futuro.

Esta confesión ha sorprendido a varios de mis amigos, quienes se sorprenden de mi ignorancia sobre el programa de Chespirito. Hace unas horas me enteré qué era ‘Agua de Jamaica’. Incluso, ver los viejos episodios en el Canal 4 me parecen todos nuevos, ya que no he visto ninguno. Si esto me pasa recién, ¿te imaginas cómo debió ser en Inicial o en la Primaria? Los niños se divertían interpretando los papeles del sketch mexicano, mientras que yo me hacía a un lado juzgándolos de futuros idiotas en silencio.

Ahora creo que el idiota siempre fui yo al no endulzar mi niñez con tan espléndidos personajes. En realidad, ni fue tanto mi responsabilidad, porque mi padre me lo prohibía de raíz, hasta llamaba a la casa preguntando si veía ‘El Chavo’ y yo, inocentemente, confesaba mi desobediencia y cambiaba de canal por el resto del día. Siempre he sido un niño muy disciplinado, solo que esta vez parece haber jugado en mi contra.

No me arrepiento, al menos esa dura regla de mi padre hizo que distraiga mi atención en otras actividades. ¿Cuántas horas de vida habré ganado si sumamos todas las horas que habría perdido viendo ‘El Chavo’? Imagino que la cifra es menor a las horas que los fanáticos dedicaron a ver a Gokú en la caja boba. Sí, tampoco veía ‘Dragon Ball’, pero eso ya es otra historia.

Foto: Evert F. Baumgardner – National Archives and Records Administration. Bajo licencia de Creative Commons